Mientras unos participan en carreras con solera y pedigree, inyectándonos ilusión por participar en la Behobia alguna vez, otros participamos en carreras que empiezan a gatear y que tienen ilusiones parecidas a la nuestra.
Este domingo tocó madrugón para pasar un día de carreras, tempranito nos desplazamos a Arganda (una carrera muy bien organizada y que transcurre por las calles de su localidad), con la intención por mi parte de compensar a Ernesto su participación en Socuéllamos, pero por problemas varios, ni Ernesto ni tampoco Roberto pudieron participar, ni yó estaba en plenitud, sin embargo, acompañe a Carlos, !! o quizá fue al reves !! (a mis acompañantes algunos de vosotros yá los conocéis).
Al llegar nos dirigimos al pabellón para recoger los dorsales, algo que hicimos rápido (era lógico, nos equivocamos en la hora y nos presentamos una hora antes), de ahí nos mudamos a la cafetería a tomar un café para ir entrando en calor, más tarde y con la cafeina en nivel optimo nos dirigimos a la salida junto al estadio. Mientras calentábamos y nos quejábamos de nuestros dolores, en la recta de salida vimos los carteles de tiempos para orientar al corredor despistado y evitar codazos en la salida.
Pistoletazo de salida y primeras dudas, ¿aguantaré toda la carrera?, empiezan las primeras rampas y después de varios kilómetros los primeros abandonos, parece que la tibia se calienta y remiten las quejas. Y cuando parecía que lo peor estaba superado y el dolor calmado, al doblar una curva nos encontramos con el “señor” Mortirolo. De éste sujeto nos habían advertido, pero cuando tus piernas llevan casi la mitad de la carrera recorrida, desniveles de ese tipo hacen mucho daño, y después de coronar y blasfemar, descenso vertiginoso hacia meta.
Ésta segunda parte como comprenderéis más rápida y liviana. Recuperamos el buen humor y aprovechamos para devolver los ánimos otorgados por el público y colaboradores (muy numeroso, durante el recorrido). Y para finalizar con nuestra entrada al estadio, sprintamos por última vez en la recta final mirando de reojo el “Ibiza” que todos ansiábamos. Después de 50 minutillos y medio cruzo la meta y entrego mi chip, llevándome de recuerdo para casa una pata de palo y una bolsa llena de manjares reconstituyentes.
Después de todo, mis felicitaciones al doral n.º 35, vencedor del día de hoy, pues a pesar de entrar en la posición 421 y con un tiempo de 49:25, el tal Felix se llevo su bolsa de corredor en el maletero de su nuevo buga. !Que lo disfrute! El proximo año me llevo un llavero, por si las moscas !!!
Carrera recomendable, que me hizo recordar a la nuestra, mimos al corredor y muy animada por todos. Seguramente no sea la primera y unica particiapación. ¿El “pero”?, pues que falto gente con la que me hubiese gustado correr.
Este domingo tocó madrugón para pasar un día de carreras, tempranito nos desplazamos a Arganda (una carrera muy bien organizada y que transcurre por las calles de su localidad), con la intención por mi parte de compensar a Ernesto su participación en Socuéllamos, pero por problemas varios, ni Ernesto ni tampoco Roberto pudieron participar, ni yó estaba en plenitud, sin embargo, acompañe a Carlos, !! o quizá fue al reves !! (a mis acompañantes algunos de vosotros yá los conocéis).
Al llegar nos dirigimos al pabellón para recoger los dorsales, algo que hicimos rápido (era lógico, nos equivocamos en la hora y nos presentamos una hora antes), de ahí nos mudamos a la cafetería a tomar un café para ir entrando en calor, más tarde y con la cafeina en nivel optimo nos dirigimos a la salida junto al estadio. Mientras calentábamos y nos quejábamos de nuestros dolores, en la recta de salida vimos los carteles de tiempos para orientar al corredor despistado y evitar codazos en la salida.
Pistoletazo de salida y primeras dudas, ¿aguantaré toda la carrera?, empiezan las primeras rampas y después de varios kilómetros los primeros abandonos, parece que la tibia se calienta y remiten las quejas. Y cuando parecía que lo peor estaba superado y el dolor calmado, al doblar una curva nos encontramos con el “señor” Mortirolo. De éste sujeto nos habían advertido, pero cuando tus piernas llevan casi la mitad de la carrera recorrida, desniveles de ese tipo hacen mucho daño, y después de coronar y blasfemar, descenso vertiginoso hacia meta.
Ésta segunda parte como comprenderéis más rápida y liviana. Recuperamos el buen humor y aprovechamos para devolver los ánimos otorgados por el público y colaboradores (muy numeroso, durante el recorrido). Y para finalizar con nuestra entrada al estadio, sprintamos por última vez en la recta final mirando de reojo el “Ibiza” que todos ansiábamos. Después de 50 minutillos y medio cruzo la meta y entrego mi chip, llevándome de recuerdo para casa una pata de palo y una bolsa llena de manjares reconstituyentes.
Después de todo, mis felicitaciones al doral n.º 35, vencedor del día de hoy, pues a pesar de entrar en la posición 421 y con un tiempo de 49:25, el tal Felix se llevo su bolsa de corredor en el maletero de su nuevo buga. !Que lo disfrute! El proximo año me llevo un llavero, por si las moscas !!!
Carrera recomendable, que me hizo recordar a la nuestra, mimos al corredor y muy animada por todos. Seguramente no sea la primera y unica particiapación. ¿El “pero”?, pues que falto gente con la que me hubiese gustado correr.
No siempre el primero es el vencedor.
1 comentario:
¡Que guapo sales en la foto! Lo de las cuestas, es comun a todos nosotros, debemos tomar nota de nuestros hermanos de Baena, y darnos algun paseo mas por detras del matadero.
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